martes, febrero 28, 2012

ESCULTURAS POR AMOR A LA VIDA (Shona Lyon)

'Con frecuencia yo no quería mirar los horrores y la falta de humanidad que hay en nuestro mundo para no sufrir, pero comprendí que cerrar mis ojos me estaba insensibilizando el corazón. El dolor es una emoción que no elegimos sentir, pero es el dolor lo que hace posible el cambio. Ocultar la realidad, mirar a otro lado y desentenderse porque parece que ayudar está más allá de nuestro alcance, se traduce en un mundo burbuja donde la necesidad del cambio ya no se ve y por lo tanto el cambio no se produce. Esta escultura en bronce de un Niño Africano (aprox. a tamaño real) es una forma de alargar mi mano, al menos en espíritu, para ofrecer amor a quien no lo tiene.' Shona Lyon

Cuando el poeta latino Horacio concluyó su trigésima Oda, escribió: 'Exegi monumentum aere perennius' (he erigido un monumento más duradero que el bronce). Estatuas romanas de bronce han llegado a nuestra época en perfecto estado de conservación, pero sí es verdad que la obra horaciana ha resistido al paso del tiempo igual de bien que ellas. O incluso mejor, puesto que lleva dos milenios influyendo en la cultura occidental e inspirando a los más sabios filósofos, poetas y escritores. Pero... ya que de bronce, sabiduría humana y longevidad se trata, lo que nos gusta a nosotros de la escultora Shona Lyon, es sobre todo que sus obras principales se caracterizan por el amor a los más débiles y un sincero deseo de protegerles. Su calidad artística es magnífica y además su calidad humana también lo es, de ahí que prefiramos sus esculturas a cualesquiera otras por miles de años de antigüedad que tengan.


Shona Lyon vive en Auckland, Nueva Zelanda. Estudió escultura en Francia con su mentora Martine Vaugel. Regresó a casa en 2008 y al año siguiente organizó su primera exposición. En 2010 fundó > The Sculpture Workshop, una tienda en la que vende material y ofrece consejo a quienes desean iniciarse en la escultura. Entre lo más admirable de la obra de Lyon está su Niño Africano, esquelético y al borde de la muerte por desnutrición; (el 12% del precio de cada escultura lo dona a los niños necesitados en África). Por razones éticas, las otras dos esculturas que más nos gustan de ella son el busto en arcilla de un Monje birmano, que realizó en solidaridad con las víctimas de la masacrada revolución azafrán; y un joven Orangután jugando, parte de cuyas ventas ella las destina a financiar el Santuario de Orangutanes de Nyaru Menteng en Borneo; (dona 150 dólares del importe de cada bronce a la
World Society for the Protection of Animals, que se ocupa de ayudar a orangutanes afectados por la deforestación en Indonesia y darles una vida en semi-libertad a salvo de violencia.) Si lo que define nuestro museo virtual es el amor a la vida, por su compromiso con los más débiles Shona Lyon ingresa como escultora predilecta. El Museo de la Luna

Web Site de Shona Lyon > www.shonalyon.co.nz