martes, marzo 06, 2012

MÉDICO DEL OÍDO Y MÚSICO DE JAZZ (Krzsyztof Komeda)

Tanques T-34 destruidos en la ciudad polaca de Poznań, arrasada por las tropas nazis de Hitler.

Krzysztof Komeda (Poznań, 27 de abril 1931) ingresó con ocho años en el Conservatorio de su ciudad decidido a convertirse en un gran músico. En aquel momento las tropas nazis invadieron Polonia, frustrando durante cinco años sus sueños infantiles mientras arrasaban el país y lo llenaban de ghettos, campos de exterminio, cámaras de gas y fosas comunes. Krzysztof y su familia sobrevivieron a la guerra en Czestochowa, a donde sus padres habían sido expulsados en noviembre de 1939 desde Poznań; allí asistió a clases secretas y ayudó a su familia con pequeños trabajos. Tras la liberación de Polonia se abrieron otra vez los colegios y reanudó su escolarización, al tiempo que por propia voluntad aprendió a tocar el piano. En abril de 1950 aprobó la secundaria y se matriculó en la Facultad de Medicina, donde seis años después se doctoró en Otorrinolaringología (la rama que estudia y cura las enfermedades del oído, la nariz y la garganta.) No obstante, su verdadera vocación -aunque estaba relacionada también con el oído- era otra muy distinta: La música. En concreto se enamoró del jazz, la forma de música más libre que dio el siglo XX y que -tal vez por ello- era muy mal vista por las cuadriculadas autoridades de la dictadura títere pro-soviética impuesta en la Polonia de posguerra. (O muy mal escuchada, mejor dicho.) Fue entonces cuando Krzysztof adoptó el eufónico apellido con el que luego se hizo famoso: Komeda (afortunadamente, ya que el suyo auténtico era Trzcinski...)


De día Komeda trabajaba en una clínica de laringología y de noche tocaba el piano en grupos de jazz. Debía sentirse como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. (De hecho "hide" en inglés significa esconderse y a ojos de sus colegas él ocultaba sus actividades musicales, para no ponerse en entredicho.) Sin embargo, su buen oído y su talento artístico eran demasiado potentes como para pasar desapercibidos; y su deseo de hacer realidad su sueño infantil, demasiado intenso como para no cumplirlo. Viajó con su grupo de jazz a diferentes festivales locales e internacionales y tras su contacto en 1960 con los cineastas Andrzej Wajda y Roman Polanski -cuyos primeros cortometrajes musicó- su nombre artístico empezó a conocerse. En los ocho años siguientes grabaría Astigmatic (1965) -histórico álbum de jazz europeo considerado uno de los mejores jamás realizados- y compondría la banda sonora de algunas de las más inolvidables películas de Polanski: La apasionante Nóż w Wodzie (El Cuchillo en el Agua, 1962); la patética Cul-de-Sac (Callejón sin Salida, 1966); la cómica The Fearless Vampire Killers (Los Temerarios Matavampiros, conocida en castellano como El Baile de los Vampiros, 1967); además de la insoportable Rosemary's Baby (El Bebé de Rosemary, conocida en castellano como La Semilla del Diablo, y de la cual a nosotros -por cierto- solamente nos gusta su dulce canción principal, esa melancólica melodía de cuna -de letra demoníaca- titulada Sleep Warm and Safe.)


Precisamente el compositor se encontraba en Los Ángeles arreglando la música para esa última película, cuando en diciembre de 1968 se precipitó por un barranco al volver a casa en su automóvil y sufrió un derrame cerebral. Esa fue la versión oficial. Según las memorias de su íntimo amigo Polanski, el infortunado Komeda se cayó en realidad por un terraplén cuando jugaba al infantil 'que te tiro que te caes' con su amigo el escritor Marek Hłasko en una fiesta etílica nocturna, golpeándose terriblemente su cabeza. Para que las autoridades californianas no investigasen el caso (habrían acusado de tentativa de homicidio lo que fue solo una estúpida imprudencia) Komeda fue trasladado de vuelta a Polonia. Allí recibió un erróneo tratamiento para su grave hematoma y empeoró cada vez más y más, hasta su muerte en Varsovia el 23 de abril, cuatro días antes de cumplir 38 años. El 14 de junio Marek Hłasko, que había sido un irresponsable toda su breve vida (35 años) se suicidó por sobredosis de barbitúricos en Wiesbaden, Alemania, tras semanas de remordimientos y depresión alcohólica. Cuando su amigo Komeda agonizaba, ya lo había anunciado: Jeśli Krzysio umrze, to i ja pójdę. (Si Krzysztof se muere, yo me voy con él.) Y lo cumplió.

Komeda junto a su amigo el escritor Marek Hłasko, que en una borrachera causó el accidente.
De hecho, se accidentaron los dos, cuando jugaban a caerse, pero Komeda llevó la peor parte.
Lo que no entendemos es por qué él, siendo un Doctor en Medicina, tomaba alcohol y fumaba.
(Sin pretender sermonear, pensamos sinceramente que al músico le perdieron sus compañías.)
En la imagen inferior, junto a su genial y vicioso amigo Roman Polanski y varios productores.


[Si se nos permite una infernal digresión, cabe decir que Sharon Tate, la actriz de El Baile de los Vampiros y esposa de Polanski, fue asesinada el 9 de agosto de aquel mismo 1969 por la secta satánica de Charles Manson, a los 26 años y embarazada de ocho meses y medio. La actriz de Cul-de-Sac, Françoise Dorleac, murió carbonizada en 1967 a los 25 años cuando su automóvil se estrelló en las afueras de Niza, por exceso de velocidad. Y el propio Polanski, cuya madre fue asesinada por los nazis durante la guerra, se escapó cuando era niño de un campo de concentración y de adulto se escapó de la justicia estadounidense tras emborrachar y violar a una menor de edad - crimen que todavía sigue persiguiéndole en su vejez. En fin, un cóctel de luctuosos sucesos que rodean la vida del director de la mejor película que se ha filmado sobre la música y sobre la Segunda Guerra Mundial: El Pianista (2002).]

En cuanto a nuestro amable pianista Komeda, a raíz de su temprana muerte, que truncó la carrera de uno de los músicos más sensibles y extraordinarios que ha dado Europa, su prestigio ha ido acrecentándose con el tiempo, ligado no solo al cine de calidad, sino también a su libre, pionera e influyente perspectiva musical. En Polonia se le admira mucho; cada noviembre se celebra el Komeda Jazz Festival, un concurso de jóvenes talentos en la ciudad de Słupsk. En Poznań, su ciudad natal, hay varias placas y monumentos que le recuerdan cariñosamente. En Suecia hay un grupo indie-pop que se llama Komeda en homenaje a él. Y en las inmediaciones de la Luna hay un cosmopolita y ecléctico museo donde tal día como hoy se publicó una humilde semblanza en su honor y hubo un brindis (sin alcohol) a la salud de su bellísima y sugestiva música. El Museo de la Luna

Esta estatua en bronce es obra del escultor Adam Dawczak-Dębicki y fue realizada por encargo
de la Facultad de Medicina de Poznań. Su rector pronunció bonitas palabras en la inauguración:

"W historii naszej uczelni pozostała pamięć o Komedzie jako absolwencie wydziału lekarskiego. Jednak miłość do muzyki była silniejsza i to jej poświęcił życie. Odsłaniamy pomnik, który niech przypomina wszystkim, że medycyna i sztuka są ze sobą powiązane. Tak jak wrażliwość na piękno ma wiele wspólnego z wrażliwością na cierpienie człowieka. Niech zapamiętają o tym nasi studenci, którzy każdego dnia będą przechodzić obok tego miejsca". Traducción: En la historia de nuestra universidad sigue presente la memoria de Komeda como graduado de la Facultad de Medicina, pero su amor a la música fue más fuerte y dedicó su vida a ella. Este monumento se inaugura para recordarnos a todos que la Medicina y las Artes son compañeras. La sensibilidad a la belleza y la sensibilidad ante el sufrimiento van indisolublemente unidas. Esperamos que a los estudiantes que cada día pasan por este lugar les sirva para tenerlo presente. Jaceck Wysocki, Rector de la Facultad de Medicina de Poznań, Polonia (19/11/2010)