La sátira televisiva Casados con hijos -bastante más graciosa que la estadounidense Married with Children- se emitió en Argentina entre 2005 y 2006; dos temporadas, la primera libre y tremenda y la segunda más contenida en el lenguaje coloquial. Cada vez que se repite allí cualquiera de sus más de 200 episodios, suben los audímetros. Evidenciar la vulgaridad humana y convertirla en comedia autocrítica para entretener, se ha hecho desde siempre; en el Cono Sur y en todas partes. Lo que singulariza a esta función, es que los espléndidos guionistas e intérpretes dotaron a la más mediocre realidad de potencia verbal y ácido encanto humano. Divierte escuchar lo que dicen y cómo lo dicen. Ello se debe especialmente al carisma cómico de un actor y dos actrices: Guillermo Francella (en el papel de Pepe -carita de hostia húmeda- pusilánime y patético pero entrañable patriarca de la familia Argento); Florencia Peña (en el papel de Moni, la coqueta e inútil de su mujer); y Érica Rivas (su desequilibrada vecina María Elena, la más popular entre el público por sus inesperados ataques de rabia histérica).
Íbamos a aventurarnos a afirmar que ambas son muy probablemente las dos mejores actrices entre el canal de Panamá y el estrecho de Magallanes, pero sería muy injusto. Tomando en consideración lo grande que es el mundo y que ellas no tienen parangón ni en Hollywood ni en Bollywood, acotar la importancia de su arte solamente a América del Sur resultaría imperdonable. Se merecen un monumento a nivel planetario. O en la mismísima Luna. Su melodiosa cantilena asilvestrada reconcilia media hora con Argentina a quienes sentimos verdadera náusea hacia su cancerígena capital y en conjunto hacia la hedionda infracultura de ese país tan estúpido, primitivo, carroñero, arrogante y fanfarrón. Por usar los términos más dulces que se nos ocurren. (Un asco tan visceral como el que nos inspiran España e Italia, de cuya híbrida ignorancia se compone lo peor de la despreciable población albiceleste.) Nos encanta hacer amigos, ¿viste, che? ¡Qué lindo! Pero vos sosegate, María Elena: Quienes puedan sentirse ofendidos no entran acá; y si lo hacen, nunca nos leen hasta el final. El Museo de la Luna
POSDATA. LAS CUATRO MEJORES FRASES DE LA SERIE...
Pepe: Yo no sé si la estupidez es hereditaria o la ganamos por sorteo...
Pepe a Moni: Te acepto con tus defectos, que son más de doscientos mil.
Moni: Chiquitos... Olviden por un ratito sus vidas vacías y sin sentido...
María Elena a su marido: ¿Me vas a decir la verdad o querés una patada
en las pelotas para que te acomode el pensamiento!?